“Tal vez no me reconozcan. Tal vez se hayan modificado las células de mi cuerpo y ya no sea la que fui. Tal vez la muerte, que se llevó a quienes amaba, libere la danza de mi espíritu al invocar las ausencias. Tal vez algunos ojos me contemplen siendo un ser de otra vida, cuando trazaba círculos en la tierra durante el solsticio de invierno. Tal vez haya mutado y perduran las huellas que vengo dejando en el viaje de los siglos. Tal vez sea una niña poderosa sosteniendo una vela encendida, una vieja chamana abriendo los caminos, hacia la oscura cueva del conocimiento ancestral.
Tal vez sea infinita el alma, desde aquella hora donde vi los ojos de la luna por primera vez”
Karina Roldán