Mi alma cercana a la tuya y un viejo conjuro que traía el sonido del piano. Solas, sin contacto. Acotadas en una travesía por el tiempo del olvido, cuando juntas caminamos por la orilla y la marea descendía y el corazón pulsaba ritmos apasionados y nuestras almas saboreaban la belleza del descubrimiento. Aquellos amores que amamos partieron en un descuido y la vida nos juntó para que Mujer Amante y Mujer Amada, encontremos un sólo eco. Nuestra común unión de ser eternas. Mujeres abrazadas a la luna, escapando del sol en la soledad del espíritu.
© Karina Isabel Roldán (2011)
Para El Portal Voz (Madrid, España)