Siento la presencia de la muerte en mi habitación, husmeando los recodos. Compañera que desciende cada noche entremezclándose con los sueño. O acaso sabemos si estamos vivos o muertos en esa densidad que nos atrapa. Todo sucede en la mente. Todo es una imagen mental que vamos creando a medida que crecemos. Una vez alguien me preguntó si estaba segura de haber vivido aquello que recordaba de la infancia o si tal vez estaba agregando personajes, memorias de otros. Inventando escenarios que nunca pisé y viviendo la vida de otra mujer que no soy. Ante el espejo veo mi alma. No hay edad ni pasado, todo es HOY. Todo es una luz que nace de las pupilas y enfoca la privacidad, aquella que mostramos ante unos pocos. Palabras cifradas en versos que destilan pociones mágicas no comprendidas por muchos. Una mujer camina a diario por las venas donde también circula esa fuerza masculina. Soy hembra y soy macho de una especie que no abunda en paisajes comunes. Procuro la no extinción para continuar este legado de vidas. Mientras tanto huelo esa presencia. Un piano y sus pulsos, sanando fracciones del cuerpo que pudiesen conservar vestigios de heridas. La piel muta. La piel va despellejando recuerdos hasta alisar sus formas y darles un nuevo tono. Entre notas continúo el texto que funde la sangre en un impulso de escribir la danza de letras. Nunca estamos solos. Siempre podemos percibir la presencia de aquella circunstancia que nos corteja desde que nacemos. Respiro hondo. Estoy viva. Exhalo fuerte. Estoy viva, en cada luna. Un suspiro suelta la cuerda umbilical y nazco otra vez. Soy una con el Universo. Mujer y Hombre. Soy niña y anciana que ha parido la existencia de tantos y renueva los frutos para eternizarse alrededor del sol. Es tiempo de ahondar en las palabras del vientre y reconocer el aullido de la voz.
Llega la noche. Se abren espacios desiertos que poblaré de respiraciones. Nada más que eso. Respirar para vivir. La melodía se acaba. Mi cuerpo se detiene en el núcleo donde yacen las respuestas. Allí vibró mi espíritu y saltaron algunos versos. Allí aspiré nuevamente la vida.
© Karina Isabel Roldán (2014)
- Para la revista digital DanzaNet (Argentina)
- Publicado en el blog Fragua Universal del escritor Juan Pomponio